Fotografía © Álvaro Vegazo.

Entrelíneas con Álvaro Vegazo

Entrelíneas con Álvaro Vegazo

Defínete como fotógrafo.

Fotógrafo documental y de calle. Entiendo que ser fotógrafo es adquirir un verdadero COMPROMISO con la fotografía. Para mí se trata de estar haciendo fotografías de forma perseverante y siempre con al menos un proyecto en la cabeza, y a su vez, actuando como espectador de las obras de grandes autores o de gente que sabes que ha adquirido ese compromiso.

En este sentido, y en lo que a mí respecta, estoy continuamente pensando en fotografía allá por donde vaya caminando, es como una gran pasión que a veces torna en obsesión.

 

Fotografía © Álvaro Vegazo.
Fotografía © Álvaro Vegazo.

 

En la faceta de espectador intento ir aumentando poco a poco mi biblioteca de grandes autores e incluso autores emergentes. Pienso que ver fotos de grandes autores no te garantiza obtener buenas fotos, pero no verlas, mucho menos.

Entendiendo que hay mucha gente comprometida con la fotografía, las redes sociales me permiten conocerla y ver sus trabajos que de otra forma sería imposible.

Fotografía de Perfil de Álvaro Vegazo

Explica cómo y por qué eliges este género fotográfico.

Hace unos dos años (2015) me empezó a llamar la atención, más si cabe, la fotografía documental de eventos como la Semana Santa o el embarque del Rocío. Fue entonces cuando me animé a acudir al taller de fotografía documental “Nadarat”, en Marruecos, de la mano de dos grandes fotógrafos como Daniel Casares y Julián Ochoa. Allí, gracias a sus consejos y experiencias, hicieron que me terminara de enganchar a este tipo de fotos, y sobre todo, a saber de qué va realmente esto de la fotografía.

Como no podía estar continuamente realizando fotografía documental, y ante esa necesidad de estar constantemente captando imágenes, fue cuando empecé a hacer fotos de la calle. Mis primeras fotos las hacía con el móvil, y ya cuando fui cogiendo un poco más de confianza empecé con la cámara. Empecé a ver la calle y las personas con otra perspectiva. Pude descubrir poco a poco la riqueza fotográfica que ofrecía la calle y empecé a ver los trabajos de los grandes autores de este género.

El hecho de tener que observar mucho, estar conectado con todo, pensar, saber esperar o anticiparse, hace que me divierta mucho con este tipo de fotografía. Siempre me gusta recordar una frase de Garry Winogrand: “Fotografío para ver como se ve el mundo en fotografía”.

 

Fotografía © Álvaro Vegazo.
Fotografía © Álvaro Vegazo.

 

¿Quiénes son tus referentes fotográficos y por qué?

De los clásicos me quedo con Cartier Bresson, no sólo por sus fotografías sino por su forma de entenderla. Por otro lado, los estilos de Alex Webb y David Alan Harvey, por sus composiciones, uso de capas, colores primarios, todo perfectamente encajado para además contarte una historia.

Cómo combinan los colores Leiter y Gruyaert, el uso de luces y sombras de Pinkhassov, o la magia de la luz en las fotos de Trent Parke.

Una buena fotografía es… aquella que te llevas un buen rato mirando y te invita a leerla varias veces.

La fotografía que se me escapó… enseguida se me olvidó. En ese mismo instante que la pierdes se me activa un mecanismo para olvidarla rápidamente. Lo malo es que hayas trabajado la escena y luego viendo las otras fotos vuelvas a recordarla: esa milésima de segundo que hace que la foto no funcione igual.

La mejor cámara para mi es… la que se lleva encima, da igual el tipo que sea, un instante que merezca la pena está por encima de cualquier tipo de cámara.

En mi mochila llevo… mi cámara sin espejo con un 18 mm, tarjeta y batería de repuesto. Como no siempre puedo llevar la cámara conmigo, uso mucho el móvil para la fotografía de calle, con una distancia focal de unos 27 mm. Con él puedo controlar todos los parámetros, a excepción lógicamente de la apertura del diafragma, y además me permite editar en RAW.

 

Tu fotografía o proyecto favorito.

Me cuesta quedarme con una sola fotografía, hay varias a las que les tengo un especial cariño. En cuanto a proyectos, me pasa lo mismo, aunque por su carga emocional me podría quedar con el realizado el año pasado a modo de “ensayo fotográfico” y que se llama “Carmen de Bonanza”, realizado en mi ciudad Sanlúcar de Barrameda.

 

Fotografía © Álvaro Vegazo, "Carmen de Bonanza".
Fotografía © Álvaro Vegazo, «Carmen de Bonanza».

 

 


Enlaces de Álvaro Vegazo

Web de Álvaro Vegazo: https://avegazo.wordpress.com
Álvaro Vegazo en Lens Culture: https://www.lensculture.com/alvaro-manuel-vegazo-gallego
Facebook de Álvaro Vegazo: https://www.facebook.com/alvaro.vegazo
Instagram de Álvaro Vegazo: https://www.instagram.com/amvegazo/


Fotografía © Edu Francés, del proyecto

"EL TIEMPO NO PASA IGUAL PARA TODOS/AS" por Edu Francés

«EL TIEMPO NO PASA IGUAL PARA TODOS/AS» por Edu Francés

“La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad crónica del sistema nervioso central. Está presente en todo el mundo y es una de las enfermedades neurológicas más comunes entre la población de 20 a 30 años. Puede producir síntomas como la fatiga, la falta de equilibrio, dolor, alteraciones visuales y cognitivas, dificultades del habla, temblor, etc. El curso de la EM no se puede pronosticar, es una enfermedad caprichosa que puede variar mucho de una persona a otra.

No es contagiosa, ni hereditaria, ni mortal. Afecta a las personas al principio de su vida laboral, cuando están iniciando sus proyectos vitales, y se da con más frecuencia (más del doble) en mujeres que en hombres. Hasta ahora, no se conoce la causa ni su cura según afirma la Federación de Esclerosis Múltiple España (EME) en su página web. En el territorio español afecta a unas 47.000 personas y 2.500.000 de personas en el mundo.

El reportaje ‘El tiempo no pasa igual para todos/as’ dentro del proyecto ‘INESGOTABLES’ es una pequeña muestra del día a día y de las dificultades que lleva vivir con EM. Las acciones más habituales como el aseo personal, los desplazamientos, preparar la comida, usar un ordenador o hacer ejercicio se convierten en grandes retos diarios.

He conocido a personas con una gran capacidad de superar barreras físicas y mentales, la fortaleza, el positivismo y la persistencia son claves para que la EM no frene sus vidas.

He conocido a personas con una gran capacidad de superar barreras físicas y mentales, la fortaleza, el positivismo y la persistencia son claves para que la EM no frene sus vidas. Las personas tenemos experiencias de vida diferentes, espero que esta reportaje ayude a que nos sensibilicemos y entendamos un poco mejor la vida con EM.

 

Fotografía © Edu Francés, del proyecto "El Tiempo no pasa igual para todos/as"
Fotografía © Edu Francés, del proyecto «El Tiempo no pasa igual para todos/as»

 

Una de las ideas era sacar el proyecto a la calle, así que me construí unos paneles con la ayuda de unos buenos amigos y con la ayuda del Ayuntamiento de Xàtiva conseguimos una buenísima acogida al llevar el proyecto a la calle.

 


Edu Francés

Nacido en Xàtiva, en el caluroso verano de 1982, desde siempre en casa ha estado rodeado de cámaras fotográficas, carretes, químicos para el revelado, cubetas, ampliadoras, papel baritado… Un día le pidió a su padre que le enseñara todo cuanto sabía de fotografía.

Al cabo de unos años dió un paso importante, dejarlo todo e ir a estudiar Fotoperiodismo y Fotografía Documental en la Escola GrisArt de Barcelona para formarse como fotógrafo y poder ampliar su mirada, sus sentimientos, sus inquietudes, su cultura visual.

Le gusta poder contar historias en imágenes, historias de personas, de la vida. Poder documentar el tiempo que le ha tocado vivir, lo que llega y lo que se va.

Sus últimos proyectos son de carácter social y está realizando un trabajo de sensibilización sobre personas con diversidad funcional llamado ‘INESGOTABLES’, con el apoyo de la concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento de Xàtiva, donde están tratando temas como: la Esclerosis Múltiple, Enfermedades Mentales, Integración Social, Alzheimer…

Durante 5 años y en fase de desarrollo está inmerso en un proyecto de carácter urbano sobre el entorno de la ciudad de Xàtiva y sus gentes.

Fotografía de perfil de Edu Francés

 


Enlaces de Edu Francés

Web personal de Edu Francés: www.edufrances.com
Facebook de Edu Francés: https://www.facebook.com/EduFrances/

 


Galería Fotográfica del Proyecto «EL TIEMPO NO PASA IGUAL PARA TODOS/AS» por Edu Francés.


Fotografía © David Gaberle,

"Metropolight" de David Gaberle: un retrato colorista de la soledad del individuo urbano

«Metropolight» de David Gaberle: un retrato colorista de la soledad del individuo urbano

Reflexiones en QuitarFotos por Leire Etxazarra.

David Gaberle es, desde mi punto de vista, uno de los talentos emergentes en la fotografía de calle actual. Con tan sólo 27 años y cinco dedicados a la fotografía, este fotógrafo checo ha desarrollado un estilo muy personal que combina imágenes de corte pictórico con su interés antropológico por los habitantes de las grandes ciudades. «Metropolight» es su primer libro, publicado gracias a una campaña de crowdfunding.

 

 

Fotografía © David Gaberle, "Metropolight".
Fotografía © David Gaberle, «Metropolight».

 

En sus fotos: luces, sombras, geometría y color envuelven a los habitantes de las grandes ciudades; figuras retratadas (y atrapadas) en un individualismo feroz. Gaberle acierta como pocos, a la hora de captar en imágenes, la gran paradoja de las ciudades de hoy en día: lugares que crean grandes espacios públicos abarrotados de gente. Pero que, al mismo tiempo, aíslan a las personas en su propia existencia, las condena a la soledad.

 

Fotografía © David Gaberle, "Metropolight".
Fotografía © David Gaberle, «Metropolight».

 

“La calle es el escenario donde la gente representa su rol público, saliendo y entrando del foco principal, moviéndose a través de laberinto de líneas y trayectorias fuertemente estructurado. Desgraciadamente, una arquitectura árida y de ángulos afilados hace que la interacción espontánea entre las personas parezca fuera de lugar. Las emociones se ven como una alteración del suave y fluido funcionamiento de la ciudad”.

 

Fotografía © David Gaberle, "Metropolight".
Fotografía © David Gaberle, «Metropolight».

 

El propio Gaberle fue víctima de la intimidante vida en la gran ciudad nada más trasladarse a Londres, y su tabla de salvación resultó ser la fotografía. En 2012, recién llegado a la capital del Reino Unido, un amigo le aconseja llevar una cámara encima para vencer el estrés que le produce viajar en los atestados vagones del metro.

En sus fotos: luces, sombras, geometría y color envuelven a los habitantes de las grandes ciudades; figuras retratadas (y atrapadas) en un individualismo feroz. Gaberle acierta como pocos, a la hora de captar en imágenes, la gran paradoja de las ciudades de hoy en día: lugares que crean grandes espacios públicos abarrotados de gente. Pero que, al mismo tiempo, aíslan a las personas en su propia existencia, las condena a la soledad.

 

Fotografía © David Gaberle, "Metropolight".
Fotografía © David Gaberle, «Metropolight».

 

“La fotografía me salvó, porque mirando a través del visor, aquellos lugares caóticos y abarrotados me resultaban menos abrumadores. Cuando me llevaba la cámara al ojo era fácil abandonarme a la sensación de que era yo quien controlaba la situación. Fue la ciudad la que, desde un primer momento, me desestabilizó, e instintivamente dirigí mi cámara contra ella”.

 

Fotografía © David Gaberle, "Metropolight".
Fotografía © David Gaberle, «Metropolight».

 

 

Fotografía © David Gaberle,

David Gaberle descubre «Ostrava», del también checo Viktor Kolar.

En apenas dos semanas, y para su sorpresa, Gaberle descubre que fotografiar le relaja y decide seguir con su recién descubierta afición. Curiosamente, no fue consciente que lo que hacía era fotografía de calle hasta que compra su primer fotolibro, «Ostrava», del también checo Viktor Kolar.

Impresionado por el trabajo de su compatriota, Gaberle se pone en contacto con Kolar, que elogia sus fotos y le aconseja seguir trabajando. En un primer momento, Gaberle intenta hacer lo mismo que Kolar, acerecarse a la gente a la que fotografía. Pero no acaba de sentirse cómodo y prefiere guardar cierta distancia. Esa es una de las características de sus imágenes: los sujetos están distantes, tanto física como psicológicamente.

 

Fotografía © David Gaberle, "Metropolight".
Fotografía © David Gaberle, «Metropolight».

 

“Las personas que viven en las ciudades están muchas veces insensibilizadas ante tanta información que tienen que procesar diariamente. Y es por ello que parecen tener una actitud indiferente o reservada. Lo que he intentado es poner el foco en la difícil tarea de seguir siendo humanos en este tipo de ambiente. «Metropolight» es una crónica de esta lucha entre aquello a lo que la ciudad nos empuja y nuestra voluntad de seguir siendo auténticos al mismo tiempo”.

 

Fotografía © David Gaberle, "Metropolight".
Fotografía © David Gaberle, «Metropolight».

 

Sujetos aislados, ensimismados, atrapados en un mundo de luz, sombra y color. En sus imágenes se perciben influencias claras de Gueorgui Pinkhassov y Harry Gruyaert, a cuyos talleres asistió en sus inicios.

Para realizar el proyecto, viajó durante 8 meses, visitando las grandes metrópolis del mundo. En el libro hay fotos tomadas en Nueva York, Londres, Seúl, Shanghai, Tokio, Sidney y Berlín. Su interés por la relación del individuo urbano con su entorno se remonta a sus estudios de antropología, carrera que terminó con un proyecto sobre la fotografía de calle y la percepción de la mentalidad urbana.


Fotografía © Guille Ibáñez, del proyecto

"TIERRA SANTA" por Guille Ibáñez

«TIERRA SANTA» por Guille Ibáñez

‘Hace 15 años que no vivo en mi tierra’.

Esta frase fue el punto de partida hace dos años de un viaje discontinuo en el espacio y el tiempo por las tierras de España. Un viaje iniciático a través de las fiestas, la cultura popular y las gentes de un país que aunque sintiendo como muy mío, se aleja cada vez más víctima de la distancia y el tiempo. Un país de marcados contrastes: desierto y frondoso, tosco y dulce, católico y pagano… y siempre muy excesivo.

Quizás un poco como yo.

‘Tierra Santa // Holy Land’ es un proyecto documental sobre ritos de paso, culturales y de culto pero es también, y quizás de forma más relevante, una mirada introspectiva sobre mis propias raíces y memoria.

La fotografía es una actividad artística pero quizás por su propia naturaleza, es también una herramienta que nos permite explorar el mundo a nuestro alrededor y que nos relaciona con el medio de una forma directa. Era por lo tanto la herramienta perfecta para mí a la hora de empezar este viaje de vuelta al lugar donde nací, crecí y quizás también para ayudarme a encontrar respuestas a la pregunta:

¿Qué queda de mi país en mí?  

 

Fotografía © Guille Ibáñez, del proyecto "Tierra Santa"
Fotografía © Guille Ibáñez, del proyecto «Tierra Santa»


Guille Ibáñez

Guille Ibáñez es un fotógrafo Madrileño con residencia en Manchester, UK.

Operador de cámara y editor de profesión, la fotografía llega como una pasión tardía alrededor de 2013. Un proceso lento nacido en parte de la admiración por fotógrafos clásicos y contemporáneos como Alex Webb, Trent Parke o Todd Hido entre muchos otros.

Dos viajes por el Suroeste Asiático (Birmania más concretamente) con su mentor y amigo Maciej Dakowicz fueron el punto de partida de esta aventura que es la fotografía.

Fotografía entendida como un punto de partida o una herramienta de conexión con el mundo a nuestro alrededor. El trabajo de Guille tiene un marcado acento humanista con un interés especial en la cultura popular y la interacción entre las personas.

Fotografía de perfil de Guille Ibáñez.

 


Enlaces de Guille Ibáñez

Web personal de Guille Ibáñez: http://www.guilleibanez.com
Instagram de Guille Ibáñez: guilleibanez_photo
Twitter de Guille Ibáñez: guilleibanez_photo
Facebook de Guille Ibáñez: https://www.facebook.com/guille.ib

 


Galería Fotográfica del Proyecto «TIERRA SANTA» por Guille Ibáñez.


Fotografía © José Luis Barcia

Entrelíneas con José Luis Barcia

Entrelíneas con José Luis Barcia

Defínete como fotógrafo. Explica cómo y por qué eliges este género fotográfico.

Definirse a uno mismo como fotógrafo me parece realmente difícil, aunque si tengo que elegir un género, me quedo, sin ninguna duda, con la fotografía de calle. Vivo en Madrid desde hace casi diez años, y la calle siempre es accesible. Empecé a hacer fotos hace cinco años, cuando me compré un iPhone 4. Leí un artículo sobre aplicaciones fotográficas en el que destacaban «Hipstamatic» y «Cameramatic», dos aplicaciones en las que podías elegir distintos tipos de lente y película, simulando el estilo de la fotografía analógica. Empecé a jugar con ellas, recuerdo que hacía fotos en casa, a detalles de los muebles, a la luz que se colaba por las persianas y hacía contraluces en las cortinas del salón. Enseguida vi el potencial creativo que tenía aquel aparatejo, y me enamoré. Hacía fotos por el simple hecho de que disfrutaba haciéndolas, pero no las publicaba. Meses más tarde una compañera de trabajo me habló de Instagram, empecé a publicar y desde un primer momento tuve muy buen feedback por parte de la gente, así que terminé de engancharme.

Si tengo que elegir un género, me quedo, sin ninguna duda, con la fotografía de calle. Vivo en Madrid desde hace casi diez años, y la calle siempre es accesible.

Hace ya unos cuantos años hice mis primeros pinitos «creativos»; a través de Mos Riera, un colega de Pola de Siero, me aficioné al arte digital, y mezclaba distintos tipos de pintura, con fotografía y texturas, creando collages digitales con un resultado estéticamente interesante. Me fue bastante bien y entre 2004 y 2008 hice cinco exposiciones individuales y participé en trece colectivas, incluso las ventas de los cuadros fueron notables en una época de trabajos precarios y prácticas no remuneradas. No tengo ningún tipo de formación artística, de hecho estudié Químicas en la universidad, así que entrar en este mundillo fue una bonita experiencia.

Cuando vine a Madrid dejé apartado el arte digital por falta de espacio, y sobre todo, de tiempo, así que la fotografía fue la forma de canalizar ese vena creativa.

Fotografía de perfil de José Luis Barcia

Cuando vine a Madrid dejé apartado el arte digital por falta de espacio, y sobre todo, de tiempo, así que la fotografía fue la forma de canalizar ese vena creativa. Al principio hacía fotomontajes ya que mis fotos eran malísimas, así que aislaba y combinaba las partes que me interesaban de varias fotos. Sabía el tipo de fotografía que quería hacer, pero por falta de habilidad y experiencia, no sabía cómo hacerlas. Pasé muchas horas en Atocha y en el Reina Sofía hasta que aprendí a escalar correctamente y, sobre todo, a ajustar la exposición. Aquel simple ajuste me permitía jugar con la luz y conseguir los contrastes profundos que quería, a partir de ahí, descubrí la fotografía de calle y empecé a documentarme, contactar con otros fotógrafos de calle y, sobre todo, a viajar.

 

Fotografía © José Luis Barcia
Fotografía © José Luis Barcia

 

¿Quiénes son tus referentes fotográficos y por qué?

Creo que Leiter y Webb han sido los más innovadores e influyentes. En blanco y negro me quedo con el trabajo de Metzker, Fan Ho, Koudelka y René Burri, pero hay muchísimos más. En color…Gruyaert, Herzog, Manos, Haas, Savelev…soy un ávido coleccionista de libros de fotografía, son mi perdición.

Pero quienes realmente me influenciaron y de quienes aprendí fue de la gente de Instagram: Nazaret, Orietta, Koci, Ernesto, Langlent o José Luis Sáez. Para mí son referentes, no solo en cuestiones fotográficas, sino también en cuanto a rigor, seriedad y a la forma de relacionarse con su audiencia. Además tengo el gusto de conocer personalmente a la mayoría de ellos y me ratifico en lo dicho en el párrafo anterior.

Para mí son referentes, no solo en cuestiones fotográficas, sino también en cuanto a rigor, seriedad y a la forma de relacionarse con su audiencia. Además tengo el gusto de conocer personalmente a la mayoría de ellos y me ratifico en lo dicho en el párrafo anterior.

Una buena fotografía es… la que no se olvida.

La fotografía que se me escapó… muchas!!! La Ley de Murphy impera con fuerza en la fotografía de calle, en cuanto te descuidas y dejas de enfocar empiezan a suceder cosas interesantísimas en la escena, rápidamente vuelves a encuadrar, pero todo se ha desvanecido.

La mejor cámara para mi es… mi iPhone 7 Plus.

En mi mochila llevo… no llevo mochila, solo una batería externa de 120 gramos.

 

Fotografía © José Luis Barcia
Fotografía © José Luis Barcia

 

Tu fotografía o proyecto favorito.

Quizás «En sombra», una serie de blancos y negros muy contrastados, con mucha geometría y juegos de luces y sombras.

Las fotos que envío son del viaje a Calcuta, a principios de mayo, sin duda una experiencia de las que te dejan marcado de por vida.

 


Long Story Short #14 : José Luis Barcia por Orange

 

 


Enlaces de José Luis Barcia

Web deJosé Luis Barcia : https://www.instagram.com/joseluisbarcia/
José Luis Barcia en Lens Cultura: https://www.lensculture.com/joseluisbarcia
José Luis Barcia Dailymotion: http://www.dailymotion.com/video/x4c5dnr


Fotografía © Guilherme Bergamini, del proyecto

"EDUCAÇÃO PARA TODOS" por Guilherme Bergamini

«EDUCAÇÃO PARA TODOS»
por Guilherme Bergamini

Educación para todos.

Las sociedades democráticas presuponen ciudadanos con educación, es decir, bien informados y críticos, tanto porque se requiere que sean capaces de determinar sus preferencias y escoger entre diferentes alternativas, tanto porque se supone que deben fiscalizar a sus representantes y actuar en la política directamente, cuando sea necesario. En ese contexto, la educación es considerada un derecho universal y, consecuentemente, un deber del Estado, que debe proveerla gratuitamente y con calidad a toda la comunidad que gobierna.

En Brasil, marcado por su pasado profundamente desigual e injusto, vive aún hoy el desafío de garantizar esse bien esencial a su pueblo. Y la democracia brasileña parece ser, entonces, un sueño aún más distante cuando se nota, por un lado, que nuestra carencia de educación pública se inicia por su dimensión más elemental – a del espacio físico de las escuelas (salas, carteras, libros, etc.) -, y, por otro lado, que se priva, sobretodo, precisamente a aquellos que serían más beneficiados por ella: los ninõs del país.

 

Educação para todos.

Sociedades democráticas pressupõem cidadãos educados, isto é, bem informados e críticos, tanto porque se requer que eles sejam capazes de determinar suas preferências e escolher entre alternativas distintas, tanto porque se supõe que devam fiscalizar seus representantes e agir na política diretamente, quando necessário. Nesse contexto, a educação é considerada um direito universal e, consequentemente, um dever do Estado, que deve provê-la gratuitamente e com qualidade a toda comunidade que governa.

O Brasil, marcado pelo seu passado profundamente desigual e injusto, vive ainda hoje o desafio de garantir esse bem essencial a seu povo. E a democracia brasileira parece ser, então, um sonho ainda mais distante quando se nota, por um lado, que nossa carência de educação pública inicia-se por sua dimensão mais elementar – a do espaço físico das escolas (salas, carteiras, livros, etc.) -, e, por outro lado, que priva-se, sobretudo, precisamente aqueles que por ela mais poderiam ser beneficiados: as crianças do país.
 
Por Marcelo Sevaybricker, Doctor en Ciencias Políticas.

Fotografía © Guilherme Bergamini, del proyecto "Educación para todos"
Fotografía © Guilherme Bergamini, del proyecto «Educación para todos»


Guilherme Bergamini

Mineiro de Belo Horizonte, es con la fotografía con lo que Bergamini expresa sus vivencias personales y visión del mundo. Guilherme es un entusiasta de las nuevas posibilidades contemporáneas que la técnica permite. Persistente, el artista visual usa la fotografía como un medio de crítica política y social. Premiado en concursos nacionales e internacionales, participó en festivales y exposiciones colectivas en Brasil, Grecia, Francia, Portugal, España, Venezuela, México, Chile, Argentina, Ecuador, Colombia, Eslovenia, Lituania, Turquía, Uruguay y Alemania, además de haber publicado en diferentes medios de comunicación brasileiros y extranjeros.

Mineiro de Belo Horizonte, é com a fotografia que Bergamini expressa suas vivências pessoais e visão de mundo. Guilherme é um entusiasta e curioso pelas novas possibilidades contemporâneas que a técnica permite. Persistente, o artista visual tem a fotografia como meio de crítica política e social. Premiado em concursos nacional e internacional, participou de festivais e exposições coletivas no Brasil, Grécia, França, Portugal, Espanha, Venezuela, México, Chile, Argentina, Equador, Colômbia, Eslovênia, Lituânia, Turquia, Uruguai e Alemanha, além de ter fotos publicadas em diferentes veículos de comunicação brasileiros e estrangeiros.

Fotografía perfil de Guilherme Bergamini

 


Enlaces

Web personal de Guilherme Bergamini: www.guilhermebergamini.com
Facebook de Guilherme Bergamini: https://www.facebook.com/guilherme.b.mascarenhas.1

 


Galería Fotográfica del Proyecto «EDUCAÇÃO PARA TODOS» por Guilherme Bergamini.


Fotografía © Masahisa Fukase, ‘The solitud of ravens

Masahisa Fukase, el fotógrafo y la maldición del cuervo

Masahisa Fukase, el fotógrafo y la maldición del cuervo

Reflexiones en QuitarFotos por Leire Etxazarra.

Masahisa Fukase es conocido, sobre todo, por su obra cumbre, ‘The solitud of ravens’ (1986), y por su trágico final. Elegido en 2010 como el mejor fotolibro de los últimos 25 años, este trabajo de imágenes granulosas en blanco y negro se reedita ahora, en 2017, bajo su título original, ‘Ravens’. Una buena noticia, ya que por ejemplares usados de esta obra maestra oscura e inquietante se han llegado a pagar más de 1.000 euros.

 

Fotografía © Masahisa Fukase, ‘The solitud of ravens
Fotografía © Masahisa Fukase, ‘The solitud of ravens

 

Compañero de estudios de Daido Moriyama y Shomei Tomatsu, dos de los grandes de la fotografía japonesa, antes de ‘Ravens’ Fukase se ganaba ya la vida cámara en mano.

 

Fotografía Masahisa Fukase
Fotografía Masahisa Fukase

 

Pero su existencia da un vuelco cuando Yoko, su segunda mujer y musa a la que fotografía intensamente durante los 13 años que dura su matrimonio, lo abandona en 1976, cansada de ser el objeto de una obsesión. Fukase, desolado, jamás se recuperará de este abandono. Comienza a beber y cae en sucesivas depresiones. Volverá a casarse, pero jamás olvidará  Yoko.

 

Fotografía © Masahisa Fukase, Yoko
Fotografía © Masahisa Fukase, Yoko

 

Desesperado y con el alma rota, decide volver a Hokkaido, la isla japonesa en la que nació. Por el camino sucede algo, ve un cuervo, o karasu, en japonés, un ave de mal agüero con la que, según la cultura nipona, hay que evitar cruzar la mirada.

 

Fotografía © Masahisa Fukase, ‘The solitud of ravens
Fotografía © Masahisa Fukase, ‘The solitud of ravens

 

Fukase, en cambio, decide desafiar esa creencia y pasa los siguientes 10 años de su vida observando y siendo observado por miles de cuervos. Los fotografía de todas las formas imaginables: solos, en grupo, volando, en reposo, muertos, vivos, en la nieve, acechantes sobre árboles y cables eléctricos… No teme a los malos augurios, nada puede ser peor que sentirse como se siente: «Trabajo para detenerlo todo. Mi obra es una especie de venganza contra el drama de tener que vivir», dice. De esa obsesión por el ave negra, o el “vagabundo en la tiniebla”, como lo llamó Poe, nace ‘Ravens’.

 

Fotografía © Masahisa Fukase, ‘The solitud of ravens
Fotografía © Masahisa Fukase, ‘The solitud of ravens

 

El 20 de junio de 1992 Masahisa Fukase cae, borracho, por las escaleras de un bar y se golpea en la cabeza. Permanecerá 20 años en coma, como un vegetal, hasta su muerte en 2012. Yoko lo visitará todos los meses: “Él sigue siendo parte de mi identidad”, explicaba. Tenía 78 años.


Fotografía © Iván Barreiro.

Entrelíneas con Iván Barreiro

Entrelíneas con Iván Barreiro

Defínete como fotógrafo.

Lo primero, cabría aquí resaltar que disfruto del acto de mirar y de ojear a través del visor de una cámara, a través de una lente. Me gusta observar lo que me rodea. Como fotógrafo me gusta el instante, el disparo a 1/1000 de segundo, agarrar las imágenes al vuelo y caminar, caminar y caminar. Siento especial predilección por salir a la calle a fotografiar.

Me muevo entre lo figurativo y lo abstracto, en ocasiones entremezclando los dos lenguajes. Necesito el movimiento, escuchar, oler, ver y, de vez en cuando, aminorar la marcha, pararme y esperar.

Fotografía de perfil de Iván Barreiro.

Cómo y por qué eliges este género fotográfico.

La calle es casi el primer impulso de muchos fotógrafos en sus inicios. Uno empieza registrando su ámbito más cercano, familiar; luego el ojo pide más y sentimos la necesidad de salir a explorar. Las calles se han registrado desde el comienzo de la fotografía. Pienso en Niepce y en Daguerre, la calle ya estaba ahí, la cámara ya apuntaba hacia ahí.

Sigo estimando la calle como contexto ideal. En ese marco encuentro lo que realmente me llama la atención, desde una escena o un gesto, a la impronta del tiempo y las gentes en el entorno.

Pienso en la calle en un sentido muy amplio; buena parte de mi trabajo aflora en el espacio urbano, esa fuente de recursos y variedad inagotables. Ser capaz de ver una fotografía en esa realidad mutable y conseguir captarla a 1/1000 de segundo se ha convertido en algo casi adictivo para mí. Respecto a las etiquetas, creo que nos acotan; considero que más que un género, he elegido una manera de fotografiar.

Me muevo entre lo figurativo y lo abstracto, en ocasiones entremezclando los dos lenguajes. Necesito el movimiento, escuchar, oler, ver y, de vez en cuando, aminorar la marcha, pararme y esperar.

Por otro lado, opino que trabajar a pie de calle agudiza nuestra percepción sobre lo que acontece en el entorno, posibilita comentar sobre diversas realidades y, a través del discurso fotográfico, concede la oportunidad de posicionarnos ante lo que nos rodea.

Una buena fotografía es… Quizás sea equívoco determinar unas pautas o patrones para calificar una fotografía como buena, esto dependerá de muchos factores. Y qué decir de la apreciación de una misma imagen para un espectador cultivado a la de otro espectador más ajeno a la cultura visual. Los ojos ven de distinta manera, el cerebro entiende de diferente modo. Lo compruebo en todos los talleres que imparto al mostrar el trabajo de Kertész, Cartier-Bresson, Brassäi, Winogrand con esos horizontes inclinados, o las imágenes de Capa sobre el desembarco de Normandía, esas fotos borrosas, esas fotos ligeramente desenfocadas. Incluso las imágenes del gran paisajista Ansel Adams provocan gestos de extrañeza. Cierto es que si registráramos algo absolutamente increíble y nunca antes fotografiado y dispusiésemos de esa imagen única, dicho documento entraría directamente en la categoría de buena fotografía, aspectos formales al margen.

Ahora bien, bajo mi criterio personal una buena fotografía es la que me produce una reacción, hablo de una reacción física. Ocurre con la literatura, con el cine, la música… Cuando veo las fotografías de Cartier-Bresson, sonrío y digo ¡que cabrón! Cuando veo las fotografías de Nachtwey, trago saliva y digo ¡que cabrón! Con una canción de Pink Floyd, por ejemplo, uno puede hasta llorar de emoción. Pues en la fotografía, lo mismo.

Ahora bien, bajo mi criterio personal una buena fotografía es la que me produce una reacción, hablo de una reacción física.

La fotografía que se me escapó… Para mí, el no conseguir la imagen física no me molesta en absoluto; no le doy mucha importancia al hecho de no conseguir una imagen en la cámara, a no tener un archivo raw o un negativo. Lo que me molesta realmente es no verlas, porque entonces no hay foto. A partir de ahí, si además puedo captarla con mi cámara, bienvenido sea.

Actualmente, parece que nos rodea la abrumadora imposición de conseguir imágenes, todas las que podamos. Sin embargo, creo que deberíamos reflexionar sobre qué es lo que nos gustaría ver en nuestras imágenes, qué es lo que realmente queremos contar. Me refiero igualmente a la importancia de meditar el proceso de selección y edición de nuestros trabajos. Ese tiempo necesario es un importante primer filtro.

Sin esa pausa entre la toma y la selección, plagamos las redes con cientos de miles de fotografías. Nos vemos absorbidos por los ritmos que parecen marcar internet y la sociedad de la inmediatez. Además, llegué a la conclusión de que el grueso de imágenes que consumimos a diario estaba dejando un poso contraproducente en mi imaginario, me bloqueaba. He dejado de ver tantas imágenes y de sobrecargarme de información. Ahora selecciono, en lo posible, lo que leo o lo que veo. He optado por disminuir el ruido visual. Medito más lo que quiero hacer, procuro tener más mimo con mis trabajos y dejo asomar mi manera de fotografiar; considero lo que me gustaría ver en el resultado y qué conexión tiene con mi manera de ser.

Actualmente, parece que nos rodea la abrumadora imposición de conseguir imágenes, todas las que podamos. Sin embargo, creo que deberíamos reflexionar sobre qué es lo que nos gustaría ver en nuestras imágenes, qué es lo que realmente queremos contar. Me refiero igualmente a la importancia de meditar el proceso de selección y edición de nuestros trabajos. Ese tiempo necesario es un importante primer filtro.

La mejor cámara para mi es… La que llevamos sobre los hombros; esa masa gris que hace que entendamos lo que nuestros ojos ven.
Creo que si no podemos ver sin la cámara, si no somos capaces de observar previamente, de nada servirá qué cámara llevemos encima. El instrumento ejecuta la idea, a veces podemos dejar que trabaje a su libre albedrío, pero al final siempre somos nosotros los que debemos decidir.
Simplemente busco que me dé una calidad aceptable, que sea cómoda y se adapte a mi manera de trabajar en la calle. Si cumple esas premisas, para mí es la mejor cámara.

En mi mochila llevo… Pues poca cosa. Cámara, baterías, una lente, tarjetas de memoria, agua, auriculares, reproductor de mp3 y un libro. Un bolígrafo y una libreta. Hay que ir ligeros, las jornadas en la calle son largas.

 

Fotografía © Iván Barreiro.
Fotografía © Iván Barreiro.

 

Tu fotografía o proyecto favorito.

Es complejo elegir una fotografía favorita, la verdad. Son muchas las que me gustan, pero sí hay una a la que le tengo especial cariño. La imagen recoge una estrecha rúa compostelana tomada en vertical desde la altura. A priori el día lluvioso no acompañaba. El punto de vista alto me gustaba pero no había más, sólo un punto de vista. Al poco comenzaron a asomar los vecinos resguardados con paraguas y ese tránsito empezó a resultar interesante. Gradualmente la imagen se fue formando; primero una persona solitaria, clic, después una al principio de la calle y otra al final, clic, de pronto la calle era una hilera de paseantes con paraguas abiertos. Disparé y la gente fue desapareciendo del encuadre. Duró un momento y la verdad es que no sabía si realmente había conseguido la fotografía.

De aquellas yo estaba trabajando con película así que, no podía ver lo que había hecho in situ, había que esperar. Transcurrió una semana hasta poder meterme en el laboratorio y revelar los negativos. Lo primero que busqué fue la fotografía de los paraguas. Me fijé en que no sólo había conseguido mi propósito, descubrí algo que ni siquiera había visto en el momento de la toma. El azar había entrado en juego y me regalaba una persona más acertando en la hilera de paraguas e introduciendo una nueva dirección en la imagen.

He pensado mucho en ese momento, en todas las circunstancias que se tuvieron que dar para hacer aquella fotografía, y en las conclusiones que saqué de aquel disparo. Se pueden hacer fotos con cualquier climatología, con cualquier luz. A menudo hay que pararse a pensar en lo que nos gustaría que pasara, en la imagen que queremos conseguir. Se debe esperar, ser pacientes, dejar que las cosas se vayan formando en el visor; el ejercicio es conseguir disparar en el momento justo, nuestro momento justo.

Respecto a la idea de hacer grandes viajes o de buscar nuevos destinos para refrescar la visión, aún considerándolos muy necesarios, opino que si no podemos ver en el entorno cotidiano en que nos movemos, el problema es nuestro y no del entorno.

A menudo hay que pararse a pensar en lo que nos gustaría que pasara, en la imagen que queremos conseguir. Se debe esperar, ser pacientes, dejar que las cosas se vayan formando en el visor; el ejercicio es conseguir disparar en el momento justo, nuestro momento justo.

Las primeras capas las captamos todos, a partir de ahí es cuando viene el verdadero trabajo: seguir escarbando, advertir esas capas que están veladas a simple vista. Aspectos técnicos como apagar la pantalla trasera de mi cámara, por ejemplo, y no ojear nada de lo que hago hasta volcar las fotos en el ordenador, o incluso hasta meses después, me deja más tiempo para fotografiar y, sobre todo, no me distrae de lo que tengo entre manos.

Igualmente permitir, sin valorar la toma in situ, que los errores, tanto técnicos como de encuadre, aparezcan en nuestras hojas de contacto virtuales. Creo que es una de las cosas de lo que más se aprende.

Por último, el azar juega un papel importante en la fotografía de calle. Quiero que forme parte de mis fotografías, por sí mismo o a veces forzándolo, al disparar cámara en mano sin mirar por el visor, por ejemplo.

La fotografía comentada forma parte de un proyecto en el que estoy trabajando actualmente y cuyo tema es la ciudad de Santiago de Compostela, localidad en la que vivo desde hace ocho años. Ahora mismo estoy en pleno proceso de edición, proceso que me gusta especialmente aunque es duro. La responsabilidad de descartar… cuesta.

 


Enlaces de Iván Barreiro

Web de Iván Barreiro: www.ivanbarreiro.com
Facebook: https://www.facebook.com/ivan.barreiro.fotografia


Fotografía © Cristobal Hara

El espacio no urbano

El espacio no urbano

Reflexiones en Quitar Fotos por Alberte A. Pereira

En alguno de los talleres de fotografía de calle que impartí, expliqué que esta disciplina fotográfica va más allá del espacio urbano. Posiblemente la propia “etiqueta” encorsete de por sí, al hacer una traducción literal del inglés. Quizás el hecho de que yo viva en el rural me hace ver las cosas desde otro punto de vista o, en todo caso, no desde el exclusivamente urbanita.

Es posible que una ciudad ofrezca más oportunidades o simplemente, distintas. Y es aquí, en lo distinto, donde me parece que debemos profundizar si vivimos en lugares apartados de las grandes ciudades o si nos gustan los entornos no urbanos o rurales.

 

Fotografía © Cristobal Hara
Fotografía © Cristobal Hara

 

No cabe duda de que son espacios totalmente diferentes, tanto a nivel estético como de actividad de la población que los habita, por lo tanto el enfoque a la hora de fotografiarlo, también debe o puede serlo. Desde mi punto de vista, las zonas rurales son más proclives a trabajos de tipo documental desde una visión más personal o de autor y donde la estética pierde peso en favor de la narrativa.

Y es aquí, en lo distinto, donde me parece que debemos profundizar si vivimos en lugares apartados de las grandes ciudades o si nos gustan los entornos no urbanos o rurales.

Quizás lo mejor es ejemplificar con algún autor. Voy a poner dos ejemplo. Uno que conocemos bien, Cristóbal Hara, y otro quizás menos conocido, Gregory Halpern y que yo conocí gracias a Jon Gorospe.

 

Fotografía © Cristobal Hara
Fotografía © Cristobal Hara

 

Cristobal Hara es un habitual en todo tipo de manifestaciones culturales y “rapas” del norte o interior del estado español. Siempre en pequeños pueblos o aldeas como, por ejemplo, A Rapa das Bestas de Sabucedo (A Estrada) o Santa Marta de Ribarteme (As Neves) en Galicia. Sus trabajos “Vanitas” y Ein Spanier Zuviel, son un buen ejemplo de lo que comento.

 

Fotografía © Gregory Halpern
Fotografía © Gregory Halpern

 

En el trabajo de Gregory Halpern,ZZYXZ”, nos muestra un recorrido, en cierto modo deprimente y surrealista, desde el desierto de Los Ángeles hasta la costa de California. Sobre el, Chris Killip dijo: […] la fotografía tradicional de paisaje americano se ha convertido en un tropo fotográfico casi moribundo […] La veneración santificada, estereotipada, es la norma. En el trabajo de California de Halpern, veo que se aleja de las comodidades del pasado y trata de hacer algo nuevo, replanteando sus condicionantes y antecedentes para liberarse de ese molde.

 

Fotografía © Gregory Halpern
Fotografía © Gregory Halpern

 

 

 

Con estos dos ejemplos, bien diferentes por cierto, intento dejar más o menos claro a lo que me refiero cuando digo que las zonas rurales o no urbanas, ofrecen infinidad de posibilidades, distintas, pero no peores. ¡Aprovechémoslas!

 

 

 


Enlaces

Enlace Libro “ZZYXZ” de Gregory Halpern.
Enlace vídeo de el trabajo de Gregory Halpern sobre el trabajo: “ZZYXZ”
Web de Gregory Halpern
Enlace libro Cristobal Hara Ein Spanier Zuviel
Enlace vídeo Cristóbal Hara «Ein Spanier Zuviel«
Enlace sobre Cristobal Hara
Enlace fiesta Rapa das Bestas de Sabucedo


Visiones de Marrakech

Visiones de Marrakech

"Visiones de Marrakech"
Proyecto colectivo de QuitarFotos

Nos gustaría compartir con todos vosotros/as: Visiones de Marrakech, proyecto que fue seleccionado, entre más de 50 propuestas visuales, y proyectado el jueves 18 de mayo en Barcelona, durante el Slideluck Barcelona XI

Slideluck es un foro para exponer nuevos trabajos entre artistas, curadores, coleccionistas, editores y el público. Desde el año 2000 Slideluck ha estado creando eventos que combinan una presentación de diapositivas multimedia con una cena en más de 85 ciudades de todo el mundo.

Visiones de Marrakech, es el primer trabajo colectivo realizado por integrantes de QuitarFotos; en este caso por Alberte Pereira, Jordi Simón y Marcelo Caballero.

La presente selección de imágenes que componen este audiovisual es fruto de varios viajes realizados por los autores a Marrakech entre el 2014 y 2016. Esperamos que disfruten de este video.

 

Visiones de Marrakech from Quitar Fotos on Vimeo.

Enhorabuena a la organización de Slideluck y a todos los participantes y seleccionados.