Contemplar lo cotidiano
como un extraño

Reflexiones en QuitarFotos por Marcelo Caballero

 

Muchas veces, en mis talleres, los alumnos me dicen que no pueden realizar fotos en su barrio o en la ciudad de toda la vida. No encuentran nada que sea atractivo, nada que les llame la atención. Y yo les digo que comiencen a contemplar toda su cotidianeidad como si fueran seres de otro mundo. De eso se trata, una parte sustancial de la fotografía urbana. Y se los digo yo que vivo desde hace una década, en Figueres, una pequeña ciudad catalana cerca de la frontera con Francia. Para mi es hasta terapéutico salir a diario a deambular por los mismos lugares de siempre a perseguir una luz siempre cambiante. Y allí está su primer gran atractivo.

 

Fotografía © Marcelo Caballero. Figueres, 2012.
Fotografía © Marcelo Caballero. Figueres, 2012.

 

Contemplar como un extraño es redescubrir lo descubierto ya hace años. No es una tarea fácil pero vale la pena intentarlo. Te darás cuenta que a pesar de las apariencias, todo está en constante movimiento. Contemplar como un extraño es transformar los trayectos rutinarios, de todos los días,  en recorridos en donde la preocupación por no perder el tiempo sea algo secundario. Vivimos con prisa y todo nos parece funcional. Debemos transgredir ello.

Contemplar como un extraño es redescubrir lo descubierto ya hace años.

 

 

Fotografía © Marcelo Caballero. Figueres, 2014.
Fotografía © Marcelo Caballero. Figueres, 2014.

 

Contemplar como un extraño es transformar los trayectos rutinarios, de todos los días,  en recorridos en donde la preocupación por no perder el tiempo sea algo secundario.

“Importa poco no saber orientarse en una ciudad. Perderse, en cambio en una ciudad como quien se pierde en el bosque, requiere aprendizaje” señala Walter Benjamín en «Infancia en Berlín» hacia 1900. Y esa es una máxima a tener en cuenta: “volver a aprender a perderse en tu barrio”.

Contemplar como un extraño es acompañar el discurrir de la calle, desde el costado del camino. Intentar observar una y otra vez cómo cada habitante interacciona con sus espacios, sus lugares predilectos, forjado al hilo de sus actividades. Y de esa manera, tu propia ciudad pasa a ser algo subjetivo, cambiante.

 

 

Fotografía © Marcelo Caballero. Figueres, 2016.
Fotografía © Marcelo Caballero. Figueres, 2016.

 

Siempre pongo de ejemplo a Mark Cohen que desde hace más de 40 años hace fotografías en la ciudad de toda la vida: Wilkes Barre y, con su personal mirada,  retrató la melodía oculta de su vida cotidiana.

Al mirar todo como si fuera por primera vez, reflota la idea germinal de la curiosidad por organizar la aleatoriedad de lo que ocurre en las calles y recuperar el instinto por la sorpresa es una buena terapia.

“Importa poco no saber orientarse en una ciudad. Perderse, en cambio en una ciudad como quien se pierde en el bosque, requiere aprendizaje” señala Walter Benjam.

 

Fotografía © Mark Cohen. Wilkes Barre, 1974.
Fotografía © Mark Cohen. Wilkes Barre, 1974.

 

No debes entrar en el juego de que todo es funcional o previsible al caminar por las calles de siempre. Intentemos dejarnos llevar. Resolver una fotografía, implica un equilibrio de contenidos y de formas.

A mi me divierte concentrarme en las formas porque es algo imprevisible que siempre es diferente y en ello tiene mucho que ver la luz.

 

Fotografía © Mark Cohen. Wilkes Barre, 1977.
Fotografía © Mark Cohen. Boy in Yellow Shirt Smoking, 1977.

 

No debes entrar en el juego de que todo es funcional o previsible al caminar por las calles de siempre. Intentemos dejarnos llevar. Resolver una fotografía, implica un equilibrio de contenidos y de formas.

 

Contemplar lo cotidiano como un extraño es un ejercicio que deberíamos retomar.