La soportable levedad de un horizonte inclinado
Reflexiones en Quitar Fotos por Marcelo Caballero
En una ocasión, hace ya unos años, presenté mi portfolio a un editor de una prestigiosa revista de viajes; y luego de echarle una rápida ojeada, me aconsejó que no mostrara imágenes con horizontes inclinados. “No gustan ese tipo de imágenes. La línea del horizonte tiene que estar paralelo a los márgenes superior e inferior del encuadre». “Tiene que estar derecho” dirían las malas lenguas. Y en parte tenía razón, en la biblia de la fotografía de viajes, la regla del horizonte es el primer mandamiento.
Si uno tiene ganas de investigar un poco en la web, verá que está llena de tutoriales para ayudar a corregir horizontes inclinados por ejemplo con herramientas como Photoshop.
Los horizontes inclinados siguen siendo una falacia para muchos puristas. Sin embargo, en la fotografía urbana, esa regla se rompió con la llegada de Robert Frank. Y estamos hablando de fotografías publicadas hace 60 años.

Como se observa en la fotografía de arriba, utilizó tanto un objetivo gran angular como un horizonte inclinado para crear un vértice dinámico centrado en el predicador, única línea vertical en toda la composición.
Esta foto que aparece en «Los Americanos» (influyente libro de Frank publicado por primera vez por Robert Delpire en 1958), no pasó desapercibida para Garry Winogrand, por ese entonces, una joven promesa fotográfica. Y le pareció “rompedora”, diferente a todo lo visto hasta entonces.

Profundamente afectado por esta fotografía, Winogrand empezó a investigar cómo podía él también fusionar el espacio estético con sus temas. Este tipo de imagen bastante atrevida para la época, le otorgó al talentoso fotógrafo americano una fuente de dinamismo y de aire fresco a sus imágenes callejeras.

Y este hecho resultó ser un punto de inflexión para la evolución de la fotografía urbana bastante menospreciado por el resto del “club fotográfico” hasta la actualidad.

En la fotografía documental contemporánea, muchos autores entendieron que la utilización del horizonte inclinado puede ser una variante creativa que, sin abusar y sin ser repetitivo, puede transmitir una leve sensación de inestabilidad como la vida misma en las calles.
